Por los vivos que están muriendo

Reflexiones de un día domingo


Son cada vez más catastrofistas las previsiones sobre el destino de nuestro pobre planeta tierra. Lo cierto es que después de pasearme por algunos diarios me pregunto si para los que mueren a diario asesinados, en guerras, por hambre, por enfermedades curables, importa el destino de nuestro planeta. Para ellos el final de todo ha llegado. No se trata de despreocuparse por el futuro planetario. Pero se trata de ocuparnos también de su presente. Ese que en Irak, Palestina, Infinitas regiones de África, Asia y América Latina está llegando a su fin más rápidamente. Para un niño desnutrido que está muriendo "literalemente" de hambre en Argentina, el fin del mundo llegará mañana, no dentro de 100 años. En todo caso se hace necesario una redistribución urgente de las riquezas hoy, revirtiendo el cuadro de relación entre los pocos que tienen mucho, demasiado, y los muchos, demasiados que tienen poco, insuficiente. Después que esta "revolución" social comience a transformar la realidad podremos hablar de frenar el desenlace final de nuestro planeta. No sólo por las generaciones futuras, sino también, y sobre todo, por las generaciones presentes. No por los que todavía no han nacido, sino por aquellos que están muriendo.

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